Comenzamos entronizando el nuevo leccionario para el nuevo año litúrgico. El color morado que habla de tiempo serio y austero viste la iglesia y al sacerdote. La corona tradicional evocando al eternidad de Dios, con sus ramas verdes en señal de esperanza ante la vida reseca y agostada, un gran lazo rojo que nos habla de amor, de la pasión de Dios por la humanidad, y las 4 velas que al ir encendiéndose cada domingo, irán rompiendo la oscuridad de la noche para abrir camino y recibir al que es la LUZ del mundo .
Frente a las falsas propuestas de felicidad para este tiempo: compras desproporcionadas, comidas opulentas o regalos costosos e innecesarios, en definitiva,una vida superficial y vacía, Jesús viene a proponernos un estilo de vida más comprometido, que nos descentra de nosotros mismos, pero que es el que nos hará vivir unas fiestas y una vida en plenitud. Para que no se nos olvide, el pasillo central de la iglesia nos recordará ese camino alternativo por el que queremos optar y esos valores que serán nuestra prioridad: dignidad, acogida, fe, amor, integración, comunidad, oración,... ah, y además nos ayudarán a guardar la distancia de seguridad a la hora de ir a comulgar (que todo hay que tenerlo en cuenta).
Y en la misa de las familias, el megáfono será también el símbolo para recordar cada semana que el acontecimiento de la venida de Jesús lo tendremos que anunciar con obras y palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario