El 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este año, la Organización Mundial de la Salud, propone el lema «Un día para todos», con el cual se quiere reflejar la creciente aceptación de que la discapacidad forma parte de la condición humana. En algún momento de nuestras vidas, al comienzo de la misma cuando somos bebés, o al final de nuestra vida, cuando disfrutamos de la tercera edad, experimentamos una discapacidad temporal, o incluso a veces permanente, que nos hace ser dependientes de los demás. La realidad de la discapacidad es una realidad compleja, no solo por la amplísima variabilidad de discapacidades y grados, sino sobre todo porque la discapacidad es una realidad que únicamente puede concebirse ligada al ser humano. Y es este mismo ser humano el que se erige como centro de atención del Evangelio. Por este motivo, la Iglesia ha estado apoyando, de manera incondicional, a las personas con discapacidad. Y lo que es más, siempre ha buscado la manera de ofrecerles la máxima participación, de manera inclusiva, en igual de condiciones que el resto de los fieles, para que desempeñen todas las tareas. En la Parroquia de “Ntra. Sra. de la Asunción” de Torrelavega, se asume y se trabaja este objetivo al máximo, hasta el punto de abordar la pastoral en favor de las personas con discapacidad de forma transversal al resto de realidades pastorales, es decir, incluyendo en los diferentes sectores de actuación - niños/as, jóvenes, adultos, familia, pastoral de la salud...- la participación de las personas con diversidad funcional en igualdad de derechos. Para ello, la Iglesia se ha preocupado por facilitar la accesibilidad de las personas con discapacidad al templo, abriendo las puertas laterales que se hallan al mismo nivel del suelo. De este modo, una persona en silla de ruedas puede acceder de manera autónoma a la celebración eucarística. Además, se ha facilitado la participación en la liturgia, los sacramentos y las actividades parroquiales habituales, de todas las personas, diseñando, por ejemplo, actividades de convivencia conjunta entre los jóvenes de nuestra parroquia y los miembros de la asociación FRATER Cantabria, formada por personas con o sin diversidad funcional. De igual manera, desde las actividades parroquiales, se han programado actividades de formación de los distintos grupos de voluntariado que colaboran asiduamente con la parroquia. En este sentido, cabe citar, por ejemplo, las charlas de formación destinada a los miembros de pastoral de la salud, que atiende a aquellas personas que, encontrándose en su última etapa de vida, requieren una especial atención para compensar las discapacidades propias de su edad.
Por todo ello, desde este blog, queremos agradecer a todas las personas con discapacidad su desinteresado esfuerzo por enseñarnos, día tras día, que un mundo más humano es posible, que no es necesario tener todo en esta vida para vivir feliz y conforme al evangelio. Gracias, nuevamente, por ser un gran ejemplo de constancia y superación ante la adversidad. Finalicemos este artículo recordando el Evangelio:
“Y dijo (Jesús) al que lo había invitado: Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos” (Lucas 14, 12 - 14)
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