Comentario al texto
Comienza el evangelista diciendo, seis días después… Esto nos lleva a
preguntarnos: ¿qué había ocurrido seis días antes, qué parece darle gran
importancia el evangelista? Pues se trata del anuncio de la pasión. Parece que
la noche y la luz se dan cita. La cercanía de las dos escenas intenta
comunicarnos la convicción de que el inundado de Luz es precisamente aquel que
consintió en atravesar la noche de la muerte. Pedro, en aquella ocasión, no pudo soportar semejante
discurso y quiere disuadirle. En el episodio de este domingo, el mismo Pedro,
es invitado a participar de este momento de luz. Ahora Pedro sí quiere
compartir el gozo de estar reunidos con el Maestro: Vamos a hacer tres tiendas. La propuesta del evangelio de la
transfiguración podría ser ésta: ¡Salid de vuestras tinieblas. Dejad atrás la
seguridad del valle y emprended, sin miedo, la subida al monte, porque arriba
os espera la luz! Permaneced en lo alto del monte, firmes, como si vierais al
Invisible, hasta que vuestros pequeños temores vayan pasando a segundo término.
Hasta escuchar la Palabra
que nos infunde la certeza: Este es mi
Hijo amado, escuchadle.
En oración
con Santa Teresa:
Parécele -al alma, como a Pedro- que
no le queda qué desear, y que de buena gana diría con San Pedro que fuese allí
su morada… Y va mucho en que el alma que llega aquí conozca la dignidad grande
en que está y la gran merced que le ha hecho el Señor y cómo de buena razón no
debía ser de la tierra, porque ya parece la hace su bondad vecina del cielo… y
así ruego yo, por amor del Señor, a las almas a quien su Majestad ha hecho tan
gran merced… que se conozcan y tengan en mucho, con una humilde y santa
presunción para no tornar a las ollas de Egipto.
(Libro de la Vida 15, 1-2)
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