Hoy domingo celebramos en la iglesia de La Asunción la misa de familias en un ambiente claramente impregnado por el Año Nuevo y por los días previos a la llegada de los Reyes Magos. A solo unos días de finalizar la Navidad, claramente diferente y tan marcada por la pandemia y sus consecuencias, nos planteamos el 2021 como una gran oportunidad. El comienzo de un tiempo nuevo en el que tenemos la posibilidad de afrontar de manera diferente nuestros anhelos, nuestros proyectos, de mejorar como personas, pero también de comportarnos como auténticos cristianos amando a los demás como hizo Jesús y compartiendo nuestro tiempo con los que nos necesitan. Es el momento no solo de renovarnos en lo superficial, sino de hacerlo igualmente en lo espiritual, en lo más profundo. Está en nuestras manos.
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