Reunidos en comunidad, como cada semana, y cerca ya de alcanzar el ecuador del periodo de Cuaresma, disfrutamos este domingo de una lectura del Evangelio constructiva y de las que transmiten y nos hacen reflexionar. Se trata del texto del Evangelio de Juan en el que se narra la expulsión, por parte de Jesús, de los mercaderes del Templo. A menudo vemos una figura de Jesús representado como un hombre dulce, orando, reflexivo, perdonando y sanando, pero, igual que todos nosotros, era también un hombre de carne y hueso con sentimientos e inquietudes. Y al ver la casa de su Padre convertida en un mercado lleno de puestos de venta, cambistas tramitando transacciones de moneda con comisiones de por medio y otras actividades impropias del lugar, no pudo contener su ira y su frustración, sentimientos, como decimos, completamente humanos. Es precisamente esta explosión y este arranque humano el que todos debemos, en mayor o menor medida, aprender a controlar. Y estamos en el tiempo propicio para ello, la Cuaresma, época de reflexión, aplicación y cambio interno. Como siempre, os animamos a consultar la hoja parroquial, que encontraréis también en este blog, donde cada semana recogemos la previsión de actividades semanales y otros avisos. Asimismo, no nos cansamos de agradecer a todos los asistentes a las celebraciones y actividades parroquiales la comprensión y el apoyo que mostráis con los voluntarios que cada día, de manera incansable, acogen y acompañan a los fieles e higienizan el templo antes, durante y después de cada celebración y a los que desde aquí transmitimos igualmente un caluroso agradecimiento. ¡Hasta el próximo domingo!
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