Los diferentes nombres de la Misa significan diferentes aspectos de una misma realidad. Ayudan a conocer mejor la Misa y por tanto, a vivirla mejor. A la Misa se la llama Eucaristía, Acción de Gracias, Sacrificio o Santo Sacrificio, Memorial, Fracción del Pan, Cena del Señor, Comida familiar cristiana, Celebración eucarística o Santa Misa. Y se llama así porque la liturgia en la que se realiza, se termina con el envío de todos los asistentes, de todos los participantes, es decir, ellos son “enviados” –missus en latín- a cumplir la voluntad de Dios en la vida diaria que sigue a continuación. En estas diferentes celebraciones, podemos observar como hay una gran diversidad de colores en las vestiduras sagradas, las cuales pretenden ayudar a expresar el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran en cada momento.
Así, la casulla de color blanco se emplea en el tiempo pascual, tiempo de navidad, fiestas del Señor, de la Virgen, de los Ángeles, y de los Santos no mártires, mostrando un significado de alegría y pureza.
La casulla de color rojo se usa el domingo de Ramos, el Viernes Santo, Pentecostés, Fiesta de los apóstoles y Santos mártires, por lo que podríamos decir que es el color del fuego y la sangre.
La casulla de color verde la podemos contemplar en el tiempo ordinario (período que va desde el Bautismo del Señor hasta Cuaresma y de Pentecostés a Adviento) y se usa en los oficios de un domingo habitual ordinario.
Y finalmente la casulla de color morado se destina para el Adviento, Cuaresma y liturgia de difuntos, por lo que se asocia con la penitencia y la austeridad. Puede haber otros colores para las casullas, pero los más habituales son los descritos anteriormente.
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