El tercer día de convivencia amaneció con mucha niebla, pero tan pronto como se comenzó a subir las banderas, ésta ya había desaparecido. Después del desayuno tan ansiado, vino como es habitual el momento de la oración, donde a través de un pasaje del evangelio se pudo comprobar que Jesús también había sentido diferentes emociones (en esta ocasión los textos se centraron en el miedo) que era una de las elegidas para el trabajo de ese día. Posteriormente llegaron los servicios como todos los días y el momento del “VER” según la metodología de la Acción Católica General, en la que se revisan las situaciones cotidianas. Se organizó una gymkana donde los niños y niñas pudieron experimenta varias de las emociones abordadas a través de juegos y de divertidas pruebas. A continuación llegó el momento de reponer fuerzas con la sabrosa comida que siempre nos prepara el equipo de cocina y que antecede al tiempo libre.
A la tarde se dio la bienvenida a los talleres en donde se confeccionaron pulseras y llaveros sorprendentes. Una vez finalizados tuvo lugar la merienda que tanto gusta a los jóvenes y luego el torneo en donde los participantes tenían que cumplir un rol asignado que creó conflicto, asombro, enfado, alegría…
Todo ello se revisó en la asamblea, que es el momento idóneo para poner en común todas las situaciones vividas en esa jornada, luego la cena y finalmente el juego nocturno que deleita a la gran mayoría. En esta ocasión, el campamento se dividió en dos equipos con el objetivo de atravesar un grupo el campo del contrario para poder descifrar un jeroglífico. Llegada la noche, todos a descansar que ha sido un día agotador y mañana esperan muchas más sorpresas. Podéis disfrutar con estas fotos de tan maravillosa velada.
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