Ha sido una experiencia muy interesante,un lugar de conocer a otros cristianos de lugares muy distintos pero todos con un mismo sentir, afianzar lazos entre nosotros y aprender muchas cosas, cada uno a su nivel. El viaje ya fue largo, pero divertido, el viernes noche disfrutamos de una cena en familia y después comenzó en encuentro con una oración que instaba a la unión y al trabajo.
Hemos tenido dos charlas muy interesantes, el primero, Ramón Acosta Peso, nos habló de la vocación al amor, mediante un símil con una travesía interesante nos animó a repartir, amor a todos empezando por nuestra familia, pasando por dificultades pero sin abandonar la barca. La segunda charla todavía me tiene impresionada, sobretodo por no esperar tantos mensajes directos y cercanos de la persona que lo hizo, D. Vinenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia.titulada, Familias en salida desde las parroquias, con sus pequeñas dificultades con el idioma, nos supo transmitir su fuerza y sus ganas de luchar por la importancia que debe retomar la familia en nuestra sociedad y en nuestras parroquias, cómo debemos dar ejemplo de familias unidas y sobretodo, felices, que el resto de parejas, sientan envidia de nosotros, que quieran unirse porque nos ven felices. Tampoco esperaba que nos invitase a tratar con amor a otras familias que por diversos motivos están rotas o dañadas, no juzgarlas, tenderles la mano desde las parroquias.
También disfrutamos de una mesa redonda con experiencias de diversas familias que nos contaron sus vivencias diarias de fe, en una de ellas contamos con D. Felipe Santamaría, Delegado de apostolados seglar de nuestra diócesis que nos contó su experiencia de abuelo, como transmite sus creencia a sus nietos.
Un rato muy vivencial y que a todos nos ha dejado muy satisfechos fue el momento de trabajar en diversos talleres que cada uno elegía según su motivación; comunicación en la familia, orar en familia, compartir nuestro tiempo, relación laboral y vivencia familiar... y otros más. Nuestra Edurne fue la encargada de llevar uno de ellos, lo hizo genial, todos los participantes, de diversas edades, salieron muy contentos, el taller sobre relación laboral lo dirigió Ramón Pacheco, también de nuestro arciprestazgo.
Por la noche disfrutamos de un concierto-oración a cargo del grupo Brotes de Olivo, algunas canciones las conocíamos y cantamos con ellos.
Como en todos los encuentro de ACG, cada sector hizo la reflexión con distintas dinámicas adaptadas a su edad y contamos también con momentos para aprender y disfrutar todos juntos.
Ha sido otra experiencia genial que sin duda nos impulsará a trabajar por el Reino, esta vez desde nuestras familias.
Nuestros jóvenes disfrutan estos días de un mini campamento en un pueblo de Madrid a la espera de unirse al resto de jóvenes de la diócesis que participarán del encuentro europeo en Ávila. Pido que juntos recemos porque todas estos días den fruto en sus corazones y les acerque a Dios
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